miércoles, 12 de diciembre de 2007

¿Qué compro? Un coche 2007 o uno 2008


Por Carlos González Arizmendi
enelcoche@gmail.com


Existe una pregunta que siempre crea conflicto entre los posibles compradores de un coche. ¿Se debe comprar un auto modelo 2007 o uno 2008? ¿Qué me conviene, un auto que se depreciará o uno con el que pago un sobre precio adicional?

Esta no es una cuestión menor ni elemental. Hay diversos caminos a seguir en este sentido y te dejamos en el tintero, las alternativas a tomar en consideración para que tomes la mejor decisión.

Para el caso en el que no exista un cambio notorio entre un modelo y otro, es decir, que no exista un rediseño parcial o de reingeniería total, un modelo 2007, es decir del año modelo saliente sería una opción bastante buena siempre y cuando se ajuste a nuestros gustos y necesidades, debido a que en la gran mayoría de los casos, como se trata de inventarios algo atrasados, suelen ser en colores o las opciones y versiones menos favorecidas para el comprador.

En caso que exista un rediseño parcial, de los denominados FACE LIFT, los cuales suelen ser meras transformaciones estéticas en faros, fascias y calaveras, pero los cambios no alcanzan a tener un impacto en los aspectos mecánicos del vehículo, el optar por un modelo 2007, en lugar del renovado 2008 podría ser más una cuestión de decisión. Por el año modelo saliente, lo más lógico es suponer que la depreciación no será mucha en virtud de que aunque existen cambios, estos no son muy profundos. Solamente se trata de un cambio estético en aras de mantener vigente el modelo hasta su total renovación y que seguramente encontraremos atractivos planes de incentivos para el modelo saliente.

Cuando se trata de un salto generacional, que involucra un rediseño total y profundo, en el que regularmente se estrenan motores, transmisiones y bastidor, el modelo saliente se encuentra en franca desventaja, siendo quizá su único punto fuerte, el momento donde más barato lo podrá encontrar. En muchos casos, el modelo de nueva generación propicia una depreciación más dramática de los autos de la generación anterior, el nuevo modelo es usualmente más espacioso, equipado, seguro, con el aliciente de que se trata de una novedad en el mercado. Entonces tenemos que el único caso de desventaja que podría presentar el modelo de nueva generación es la usual falta de disponibilidad que es sinónimo a largas listas de espera o bien que en caso de que haya algún problema de desarrollo, esas unidades serán más susceptibles de sufrir un llamado a revisión y por si fuera poco en estos casos las facilidades de compra son prácticamente inexistentes para estos modelos.

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