viernes, 4 de junio de 2010

Imbecilidad o Astucia


Por Carlos González Arizmendi
Para no variar y perder la costumbre, el Gobierno de la Ciudad de México encabezado por Marcelo Ebrard, ha decidido tomar otra decisión arbitraria, según él, para mejorar la recuperación de los automóviles en caso de robo y tener un padrón vehicular confiable. Se trata de la tarjeta de circulación con chip.
A otro perro con ese hueso Señor Ebrard. En primer lugar llama la atención que el programa completo le va a dejar la friolera de 700 millones de pesos para las arcas de la ciudad siendo que el costo total de este mecanismo es de 200 millones de pesos por lo que la utilidad es de 500 millones de pesos que van al cochinito para el 2012. 

Nosotros no nos chupamos el dedo con eso de que es para un registro vehicular confiable porque hace menos de cinco años nos hicieron reemplacar nuestros coches con la misma finalidad por lo que ese argumento no tiene ningún sentido. 

En segunda instancia debemos recordar que los automóviles deben estar registrados ante la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) encabezada por el señor Eduardo Solis y que nuevamente brilla por su ausencia en un tema coyuntural. 

Ebrard dice que todos debemos pagar por los sistemas que hay tras esta infame tarjeta de circulación pero también llama la atención que desde que registramos nuestros coches en aquel reemplacamiento el índice de robos de autos se ha incrementado y el nivel de recuperación ha disminuido según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros y curiosamente la entidad donde más se los roban, adivinó usted, es el Distrito Federal. 

Imagine que el robo de autos en 2009 se incrementó 13.4% contra el año 2008 por lo que más bien esta tarjeta de circulación con chip suena más a un buen negocio para el Gobierno del Distrito Federal que una medida antirrobo y de control.
Asimismo, qué vergüenza dan los diputados del PRD en la Asamblea del Distrito Federal al tener que defender un proyecto de su Jefe Ebrard con argumentos falaces y llenos de imbecilidad. Escuché a uno de estos diputados en el programa de radio de Leonardo Curzio decir que en los países de primer mundo los que pagan más son los que tienen automóvil, la única diferencia es que en países como Alemania las calles están bien pavimentadas, señalizadas y conservadas con semáforos en óptimas condiciones de sincronización y en México en temporada de lluvias uno siente que va circulado por los cráteres lunares. Señores diputados del PRD en la Asamblea del Distrito Federal, deberían investigar más antes de decir tonterías que los dejan mal parados con tal de seguir limpiándole las botas a su jefe.
En fin, más que imbecilidad parece que esto es un negocio de 500 millones de pesos para Marcelo Ebrard que con astucia otra vez quiere engañarnos, lo bueno es que no nos chupamos el dedo desde el asiento trasero.


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