domingo, 25 de octubre de 2009

Mientras México se cae en pedazos

Por Carlos González Arizmendi

Sin lugar a dudas estamos en el preludio de lo que serán unas muy combativas elecciones para el año 2012 en las cuales, ya desde hoy, los priistas se ven dentro de Los Pinos mientras que los panistas, totalmente desarticulados, luchan porque los mensajes presidenciales den en blancos aislados. Esto me recuerda la incursión norteamericana en Vietnam. El priismo que sólo busca que los recursos del país le permitan sostener el corporativismo que no se ha podido romper y ni siquiera fracturar, están escondidos en la selva al asecho de unos inocentes muchachos que más que soldados parecen un grupo de boy scouts tratando de matar soldados con resorteras. Uno a uno va cayendo entre filosas lanzas de bambú o bien son eliminados por la cruel mordida de una serpiente venenosa que yace expectante y disipada en una curul de cualquiera de las dos cámaras. Todo esto sucede mientras usted, yo y millones de mexicanos vemos nuestro poder adquisitivo lastimado, vapuleado y con influenza A H1N1 mientras que la única vacuna que recibimos son discursos que más que llamarnos a la unidad y al trabajo, nos insultan, nos laceran y nos ofenden. México se está cayendo a pedazos y nuestros supuestos representantes ni se inmutan. Vemos ejemplos en todos los ámbitos de la vida nacional. La industria automotriz está siendo golpeada de forma inclemente ante un pregunta de chatarrización pésimamente mal estructurado, el campo mexicano continúa en el olvido, poderosos sindicatos quieren que todos nosotros sigamos manteniendo a una bola de haraganes que no hacen nada y cobran mucho y los partidos políticos, todos por igual, se entretienen como si estuvieran en el coliseo romano viendo a los leones devorar cristianos.

No podemos seguir quejándonos sin hacer nada. No podemos continuar viendo el cadáver de nuestros compatriotas pasar mientras nuestros políticos juegan al monopolio. Por el momento podemos tratar de educarnos e informarnos para que nuestra revancha sea en las urnas. Ya lo verán, y no soy profeta, que la guerra dentro de las filas priistas será encarnizada. A ellos el PAN ya no les importa. La contienda será interna mientras los blanquiazules tratan, de manera infructuosa, de buscar a alguien con fuerza para representarlos. Mientras esto sucede, infórmese desde el asiento trasero.

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