domingo, 25 de mayo de 2008

Llamadas que matan


Por Carlos González Arizmendi


Son como leyendas urbanas o mitos alejados de nuestra vida cotidiana, hasta que nos suceden. Miramos de lejos la escena de un accidente automovilístico sin cuestionarnos el porqué sucedió. Hoy te presentamos aquellas realidades que pensamos muy lejanas pero que en cualquier momento pueden provocarnos un accidente de coche de fatales consecuencias, sobre todo, si hablamos por el teléfono celular mientras manejamos.

La llamada inoportuna

Hablar por el teléfono portátil no es malo, a menos que lo hagamos sin el dispositivo manos libres. La mayoría pensamos que aquella llamada que entra a nuestro celular es “la llamada” y debe ser atendida en ese momento. Los hombres, que normalmente traemos el celular en la cintura, lo sacamos como vaqueros en medio de un duelo mortal y apretamos la tecla “send” para aniquilar a nuestro enemigo, la espera. Las mujeres, buscan el celular dentro de la bolsa como si estuvieran tratando de encontrar al mounstruo del Lago Ness en medio de las profundidades; normalmente a ellas hay que llamarles dos veces porque la primera es cuando todo este proceso ocurre.

Mientras unos sacan de su funda el teléfono móvil y las otras hacen a un lado el “Channel No. 5”, ¿Quién maneja?

Una llamada, por importante que sea, puede ser tomada 30 minutos después. Si nos habla el jefe, se murió la abuela o nos avisaron que tendremos un hijo, podemos esperar unos minutos más para escuchar el mensaje de voz o responder a la llamada perdida. El manejar un coche y contestar el teléfono celular es como si nos hubiéramos tomado ocho “cubitas” en el antro y así saliéramos a manejar. ¿Sabía usted que el responder al celular sin el manos libres hace que se pierdan el 50% de los reflejos? Es como si usted le diera permiso de manejar a su niño de 10 años y usted fuera de copiloto. Usar un dispositivo que nos permita sujetar el volante marcará toda la diferencia. Utilice el manos libres. Puede conseguir alguno desde 100 pesos.

El mensajito de amor

Más allá de que por muchos mensajitos indiscretos, muchos matrimonios se han terminado, el mensajito es el peor enemigo del conductor. El “Chat” al volante es como si estuviéramos dormidos a la hora de manejar. La vista se aleja del camino por largos espacios de tiempo en lo que ponemos ese “te mando un beso”. ¿Sabía usted que dejar de ver el camino durante cuatro segundos a 60 kilómetros por hora, es equivalente a dejar de ver un espacio del tamaño de un campo de fútbol?

Mi canción favorita

Buscar la canción favorita en el dispositivo portátil puede ser la última que cante en este mundo. Muchos accidentes se ocasionan por buscar la canción del momento. Un dispositivo de almacenamiento de canciones, sin la interfase adecuada, es un pasaporte para llamar al seguro. Si utiliza uno de estos reproductores, trate de hacerle una instalación para manejar sus canciones desde el volante sin distraer la vista. Si eso no puede hacerse en su coche, pues programe lo que quiere escuchar. A menos que vaya a carretera, pasará máximo 90 minutos en el tránsito. Ponga su reproductor en “aleatorio” y deje que su dispositivo lo sorprenda, al menos media hora. Su canción favorita puede hacer que pague un altísimo deducible.

El beso de la muerte

Si usted es un Romeo apasionado que no puede resistirse ante el llamado del amor mientras maneja, le sugerimos besar a la novia en un alto o esperarse a llegar a un lugar en donde no comprometa su seguridad ni la de su pareja. El manejar abrazando a su pareja o con una mano en la pierna y la otra al volante sólo puede ocasionarle un accidente fatal. No deje que su hormona le mate su neurona.

Recuerde que si maneja con las manos bien puestas en el volante, su mirada fija en el camino y el cinturón bien ajustado, garantiza, al menos de manera más elevada, sus posibilidades de llegar sano y salvo a su destino. En el Coche, siempre debe poner atención.

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