Por Carlos González Arizmendi
Nissan GT-R: Godzilla ataca de nuevo
La firma japonesa realizó la reunión anual 360 con los medios de la prensa especializada para mostrar los adelantos, visión a futuro y nuevas tecnologías aplicadas al automóvil. Dentro de las actividades tuvimos la oportunidad de manejar el nuevo superdeportivo de la marca, el nuevo GT-R que tanta conmoción y expectativa ha generado en el mundo automotor.
La quinta generación del que ha sido conocido como el “Godzilla” de los coches llega, de acuerdo con los ingenieros de Nissan, como el superauto que “puede ser conducido por cualquiera, donde quiera y cuando quiera”. Es resultado de la conjunción de la pasión por conducir, el empleo de lo último en tecnología y un dedicado trabajo aerodinámico.
En detalle
El GT-R es capaz de vencer a modelos como el Porsche Carrera 911 Turbo, por la mitad de precio. Para ello echa mano de un nuevo motor fabricado a mano, de envidiable eficiencia y capaz de ofrecer emisiones ultra bajas; un V6 de 3.8 litros con doble turbocargador que le permite entregar 480 caballos. Equipa un novedoso sistema de tracción integral para mejorar la distribución de pesos, pero con ajustes capaces de mandar el 100% de la potencia a alguno de los ejes. Se echa mano de una trnamisión desarrollada específicamente para el GT-R, de seis marchas, de cambios secuenciales con palancas detrás del volante y con doble embrague, como la DSG de VW Group. Es liger gracias a su construcción con aceros de alta resistencia, aluminio y fibra de carbono, lo que no compromete su rigidez. Al mismo tiempo, la aerodinámica fue fundamental y el GT-R presume de un coeficiente aerodinámico de 0.27 Cx, uno de los mejores del momento, que además permitió al departamento de desarrollo ofrecer un gran trabajo en el manejo de las fuerzas del aire para mejorar el desempeño en curvas.
Con la idea de ofrecer un coche para todos los días, pero capaz de romper récord de velocidad en circuitos de corte mundial, el GT-R ofrece un interior lleno de características de alta tecnología, como una pantalla que puede ofrecer información de cómo funcionan las fuerza G en el auto, el reparto de tracción entre las ruedas delanteras y traseras, revoluciones del motor, temperatura y presión del turbo, o bien una pantalla de GPS para poder llegar a ese Starbucks.
Los asientos son cómodos, capaces de sosternernos para romper el record de pista o llevar a cuatro pasajeros y no nos olvidemos de un completo y potente equipo de sonido, vidrios y espejos eléctricos y aire acondicionado, entre otras amenidades.
En primera persona
Estar al mando de un auto como éste, exige pericia, actitud pero sobre todo disposición para la adrenalina. Al inyectarle poder a través del acelerador, el coche abre la llave a un mundo en donde la potencia es como una fiera con la boca abierta desesperada por alcanzar a su presa. Los cambios de marchas, accionados desde el volante exigen reflejos y es como el malabarista que balancea seis pelotas al mismo tiempo y debe, a su vez, seguir con la mirada cada una de ellas. El GT-R es obediente y, a pesar de que demuestra que puede dominar al hombre, es obediente y apunta hacia donde la mirada del conductor lo lleva. Sensaciones similares se pueden vivir en un parapente, en una montaña rusa y en un Porsche 911 Turbo. Con relación a este último, puedo decir que el GT-R ofrece lo mismo, pero con 40 mil dólares de diferencia a favor del auto de Nissan.
Inolvidable
El GT-R comenzará a comercializarle en el mes de junio en los Estados Unidos por un precio entre los 68,950 y los 71,900 dólares. Por desgracia la marca no tiene planes de venderlo en México, no porque la gente no pueda pagarlo, sino porque la demanda en el resto del mundo es altísima, surtir nuestro país es mas complicado de lo que parece y preparar a la red de la marca para dar mantenimiento a un superauto como este, podría no ser muy costeable. Esperemos que aunque sea, unos cuantos lleguen.
¿Qué tan superauto es?
El desarrollo del GT-R les tomó a los ingenieros de Nissan largas jornadas de trabajo, entre las que destacan los cientos de kilómetros que se realizaron sobre el trazado de uno de los circuitos más demandantes del mundo: Nürbugring. Si quieres ser un deportivo de cepa, tendrás que haber vivido una estrecha relación con este circuito y el GT-R no sólo la tuvo, sino que estableció uno de los récord de vuelta más rápido en la historia de esta pista de 20.6 km de longitud, con un tiempo de 7m 38s; dos segundos más rápido que un Chevrolet Corvette C6 ZR1 o un Mercedes Benz SLR Mc-Laren. ¿Alguna duda?
